Me cambié el jueves 22 de agosto a mi nueva casa, toda la mudanza fue una calamidad, ya que tuve que buscar por todos lados un lugar limpio y no tan caro. Además tuve que empezar a empacar las cosas desde casi una semana antes y, a pesar de eso, se me olvidaron mis pósteres en mi antigua casa.
El día que me mudé estaba lloviendo, mi amigo Jaime me dijo “bonito día para cambiarte”, pero yo que iba a saber. Así que Jaime me ayudó a cambiarme, creo que él es muy educado y, por eso, no pudo negarse para ayudarme aunque estaba cayendo una tormenta. Él quedó todo mojado desde la cabeza a los pies puesto que me ayudó a meter y sacar mis cosas, tanto de la vieja como de la nueva casa. Lo que me hizo sentir peor fue que no me quiso cobrar lo de la gasolina ni nada (por si lo lees Jaime, ¿Cuánto es?).
Todo ese viaje de mudanza me ayudó a conocer a mi amigo más y darme cuenta de que es un chico muy amable, es muy chistoso como una cosa te puede ayudar a descubrir muchas cosas más. Llegué al lugar donde tenía que dejar mis cosas y no las arreglé puesto que me tenía que ir al cine, cuando regresé del cine las arreglé todas y me di cuenta que ahora el cuarto se veía lleno de vida y con más cosas. Por el momento me siento tranquila en mi nueva casa, compartiendo mi cuarto con una chica de Chilpancingo y teniendo como vecinos a dos chicos que son un poco serios y estando cerca de mis antiguos compañeros de casa, como a 300 mts. con quienes cree lazos en verdad fuertes y que me dolió mucho romper al irme.
Ahora estoy más cerca de Dave y Jenny, de mi escuela y del super para comprar mi despensa.
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