Mea culpa!!

Después de quejarme de la forma en la que nos trataba el profesor de estadística, me pude percatar que no era yo la única persona con inconformidad sobre el profesor, así que ni tardos ni perezosos, decidimos ponerle un alto a la situación, comenzamos a pensar la forma de resolver lo que nos sucedía y llegamos a la conclusión de que deberíamos habalr con una persona competente que nos pudiera resolver el problema.

Así recurrimos a la encargada de la maestría y le planteamos el problema "simplemente no queremos al profesor", sin embargo en el momento de su respuesta pudimos darnos cuenta que nos había salido más caro el caldo que las albondigas, puesto que está persona nos trató de la misma forma en la que el profesor nos había tratado.

Hubo algunas situaciones que se repietieron "algo de discriminación de género, el hecho de que nos trataron como tontos y la desvirtualización de nuestros argumento, hubo un momento en que llegué a preguntarme ¿Qué hacemos aquí?, todos parecía indicar que no nos harían caso. Pero íbamos con un objetivo que tenía que ser cumplido y así fue, quitaron al profesor. En ese momento, cuando la susodicha encargada nos había dicho que teniamos que hacer un escrito "llegó el profesor" y dijo "no llegaron a clase". Sentí que el sentimiento se me subía a la cabeza, puesto que el profesor ya sabía porque estabamos allí y aún así nos acusaba como niños de kinder y , en segundo lugar, me daba un poco de vergüenza pues nunca me hubiera gustado "correr a un profesor".

Bueno, lo hecho hecho está. No podemos arrepentirnos de ninguna decisión, claro antes de decir cualquier cosas nos comentaron que sería muy dificil que consiguieran a un profesor para que nos diera clase, podríamos esperar 2 semanas antes de que lo encontraran, ya vamos por la segunda semana y seguimos sin profesor y tendremos que reponer las clases. Creo que a la mayoría no le preocupa tanto el reponer clases, pero el que no nos encuentren maestro es lo que más nos angustia. Es más, hoy llegó un posible candidato a profesor que sólo puede darnos clase los sábados puesto que su horario no coincide con el de nosostros, así que puede ser que tengamos que hacer ciertos sacrificios, pero sea como sea "ya quiero clases".